miércoles, 5 de mayo de 2010

CARTA A UN HIJO

A Consecuencia de mi viaje a Las Vegas, he tenido tiempo para deliberar y cavilar sobre muchas situaciones de la vida, entre ellas lo difícil que son las distancias con los tuyos (Hay veces que se está más lejos viviendo bajo el mismo techo) y pude encontrar una hermosa carta abandonada en el aeropuerto de Madrid que describo a continuación...

Querido hijo:
Te escribo estas letras para que sepas que estoy viva. Estoy escribiendo despacio porque sé que tú no eres para leer deprisa. Si recibes esta carta es que te llegó, y si no, me lo dices y te la mando otra vez. El tiempo por aquí está mal: la semana pasada solo llovió dos veces: la primera estuvo lloviendo tres días, y la segunda cuatro.
Ya te mandé la chaqueta, pero te digo que tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con botones pesaría mucho, y el envío sería muy caro, así que se los quitamos y se los metimos en el bolsillo de dentro.
Por fin ya pudimos enterrar a tu abuelo. Lo encontramos cuando lo de la mudanza: estaba metido en el armario desde aquel día que nos ganó jugando al escondite.
Te cuento que el otro día explotó la cocina del gas y tu padre y yo salimos disparados por el aire y caímos fuera de la casa. ¡Qué emoción! Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos de casa.
Vino el médico y me puso un tubo de cristal en la boca y me dijo que no podía hablar en diez minutos. Tu padre quería comprarle el tubo.
Perdona la mala letra y las faltas de ortografía; es que yo me canso de escribirte y ahora le estoy dictando a tu padre y ya sabes lo burro que es. Y hablando de tu padre, ¡qué orgulloso está!. Te cuento que ahora tiene un buen trabajo, tiene 500 personas por debajo de él: es el encargado de segar el cementerio.
El otro día leyó en el periódico que, según las encuestas, la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos mudamos más lejos. No vas a reconocer la casa; el sitio es muy bonito y hasta tengo lavadora, aunque no estoy segura de que funcione. Ayer metí la ropa, tiré de la cadena y desde ese momento no la volví a ver.

Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, parió. Como todavía no sé de qué sexo es, no puedo decirte si eres tío o tía. Si es niña van a llamarla como yo. Ella, a tu hermana, la llamará mama.

Y por último tu hermano Juanchu sigue tan despistado como siempre: el otro día cerró el coche, dejo las llaves dentro y tuvo que ir tres Km. para allá y tres Km. para acá, a casa , a por el duplicado, para poder sacarnos a tu padre y a mi de dentro del coche.

Tu primo Paco se casó y pasa toda la noche rezándole a la mujer porque le dijeron que era virgen.
A quien nunca más vimos por aquí es al tío Carlones el que murió el año pasado.
Ahora el que nos tiene preocupados es tu perro, el Puski: está empeñado en correr detrás de los coches que están parados.
¿Recuerdas a tu amigo Antón? Ya no está en el mundo. Su padre murió hace dos meses y como había pedido ser enterrado en el lago, el pobre Antón murió cavando la poza en el fondo.
Bueno, hijo, no te pongo dirección de la carta porque no la sé.
La gente que vivió aquí antes, se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio.
Si ves a doña Remedio salúdala de mi parte, y si no la ves no le digas nada.
Un abrazo. Te quiere tu madre.
P.D. Iba a mandarte 100 euros, pero ya cerré el sobre.

lunes, 5 de abril de 2010

LAS MADRES NO CAMBIAN

Dentro de poco es el día de la madre y, ¿no habéis pensado en que todas las madres del mundo hacen y dicen exactamente las mismas cosas? Yo creo que les dan un cursillo secreto en el que aprenden esos comportamientos que llamamos "cosas de madre". Quién no ha escuchado alguna vez el clásico "Tú hazle caso a tu madre, que tu madre sabe mucho de esto..." ¿De dónde creen que ha podido sacar una madre una frase así? Pues del cursillo.

Lo primero que les enseñan en el curso es a repetir mucho las cosas. Por eso, cuando eres bebé hablan contigo como un disco rayado:

- ¿Cómo estás? ¿cómo estás? ¿cómo estás?

Seguro que si el bebé pudiera hablar, les diría:

- Hasta el gorro, hasta el gorro, hasta el gorro...

En el cursillo también les dan clase de lenguaje, y aprenden a incluir en todas sus frases el "mi" y el "me". Un ejemplo: "mi niño no me come", "mi niño no me duerme". Son tan posesivas que en la agenda, ponen todos los teléfonos de sus hijos en la letra M: "mi Paco","mi Alberto","mi Jose". Gracias a estos cursillos, las madres son capaces de hablar de dos temas la vez:

- Mamá, quiero hablar contigo.

- ¿Qué te pasa, hijo mío? ¡No arrastres los pies!

- Es que estoy pensando en dejar de estudiar...

- ¡No te toques los granos! ¿Pero cómo vas a dejar los estudios?

- Es que no me gustan

- Uy, hay tantas cosas que no me gustan a mí...¡Ponte derecho, que te va salir chepa!

Y llega un punto en que, sin saber porque, ambos mezclan las conversaciones y acaban por zanjar ellas la cuestión:

- Pero ¿cómo vas a tener ganas de estudiar si no arreglas tu habitación? Venga, que no hay quien entre...¡Y estudia!

En estos cursillos de madre les inculcan, sobre todo, tres principios: Que tome calcio, que respete las dos horas de la digestión y que en invierno se tape la boca. Aunque tengas noventa años y tu madre ciento veinte, al salir camino de la UVI te gritará:

"Julián, tápate la boca!!".

Por supuesto, el cursillo también incluye clases de estilo y moda. Una madre siempre sabe lo que es moderno y se empeña en llevarte de compras y vestirte a la última.

- Uy, esta camisa es preciosa, hijo

- No.

- Pero ¿cómo que no? Si es lo que se lleva ahora.

- Lo que se lleva ¿dónde?¿en el circo de Ángel Cristo?

Además, todas las madres son videntes.

- Niño, que te vas a caer.

Y te caes.

- Niño, no comas tan deprisa que te vas a atragantar

Y te atragantas.

- Hijo, ten cuidado que ésa es un lagarta.

¡Y es una lagarta!

Hay que reconocer que en estos cursillos son bastante profesionales. Y es que incluyen hasta nociones de policía. Las madres se transforman en auténticos sabueso: "tú has fumado". O "tú has bebido". O "esos calcetines llevan tres días sin cambiarse". Creo que en los aeropuertos, los agentes, en vez de con perros, deberían ir con su madre. Lo que no les enseñan en el curso a las madres, es que sus hijos crecen.

Ya vives solo, vas a verla cada quince días...pero eso no les impide seguir cebándote: te pone en la mesa la comida de dos semanas, y se sienta al lado y empieza:

- ¿qué pasa, no está bueno? Venga, termínate las albóndigas, el bacalao, los pimientos rellenos y el cochinillo...y come pan. ¿Te pelo una naranja?

Porque una madre nunca está satisfecha. Por mucho que hagas, ella nunca estará contenta. ¿Quiere que te cases?

- Vale, pues me caso. ¿Estás contenta?

- No, que ésa es una lagarta.

- Vale, pues me divorcio.

- Pues no, ¿qué va a ser de tus hijos?

- Mamá me ha tocado la lotería, ¿estás contenta?

- No, menudo palo te va a dar Hacienda.

- Mamá, me han nombrado Presidente del Gobierno.

- Bueno, pero tápate la boca, que coges frío.

Pero aunque todas las madres hacen siempre las mismas cosas, ninguna hace la sopa del cocido como tu madre, ninguna te pela la naranja como tu madre, ninguna te tapa la boca como tu madre, cuando hace frío.

martes, 30 de marzo de 2010

El cojo es más rapido...

Señor Juez he visto la luz, gracias a las campañas de publicidad del nuevo ministerio de “Igual Da” me he dado cuenta de mis graves problemas, todos los días en mi trabajo maltrato a las mujeres (mi jefa no me echa del trabajo, por que es muy buena), cuando veo una por la calle lo mismo, fíjese si las desprecio que no voy ni de putas, mi novia estuvo conmigo de carambola(yo la engañaba durante más de X años)…

Pero se lo digo Señor Juez, he visto la luz, me he dado cuenta de lo ingratos que hemos sido los hombres, a lo largo de la historia, con las mujeres, obligándolas a estar con los niños en casita, para ver como ríen estos, cada mañana cuando se levantan, como van aprendiendo todo, desde coger la cuchara, a hacer pipi, tener que sacarles al parque, jugar con ellos…

Por ello, Señor Juez, le pido que sea duro conmigo, por ello le pido, que me trate del mismo modo indigno, como los hombres hemos maltratado a las mujeres, durante tantos años; ya, ya se que es un castigo muy duro, pero yo me lo merezco.

Por favor, aplíqueme la ley del Talión, la de ojo por ojo, diente por diente, soy tan malísimo que me lo merezco.

Señor Juez castígueme, póngame a cuidar de mi hija y que sea mi mujer, la que disfrute de la vida laboral, yo no me merezco ese placer. Castígueme por favor Señor Juez, sea duro conmigo.

lunes, 29 de marzo de 2010

HIMNO AL BAR

¿Alguna vez te has planteado cómo nace un pueblo? Pues muy fácil. Llega un tío a un desierto, pone un bar, y alrededor empiezan a construir casas.
¡Por lo menos en mi tierra!

La prueba es que hay pueblos sin escuela, sin ayuntamiento, sin farmacia, sin cuartelillo... ¿Pero sin bar? ¡Ni de coña! Claro que, por lo menos, allí es donde te dan más cuartelillo.

¿Y sabes cuál es el motivo? Que en los bares podemos hacer muchísimas cosas que no podemos hacer en casa.

En un bar puedes tirar al suelo las cabezas de las gambas. Tíralas en casa y verás la que te lían.

En el bar tiras las cabezas de las gambas y las tapan con serrín.

¿Qué se cae una vaso de vino? ¡Lo tapan con serrín! ¿Qué se cae un borracho?

¡Lo tapan con serrín! ¡Será por serrín! Otra cosa no, pero en un bar hay más serrín que en la tumba de Pinocho.

Sin embargo, hay otras cosas que haces mejor en casa que en el bar:¡mear!

Para entrar en el baño del bar tienes que hacerlo con katiuskas.

Claro que, de vez en cuando, se pasa el dueño y echa en el suelo un poquito de serrín.

Pero es que la taza también está guarra, porque nadie tira de la cadena.

Estoy seguro de que si en un bar tiras de la cadena cae serrín.

El bar también sirve para quedar con los colegas. Porque mi casa es tan pequeña que sólo cabemos tres (y sin el móvil). Y, claro ¿dónde vas a quedar si no? ¿En una ferretería? ¿En la farmacia? ¿Y que vas a pedir, tres chupitos de Bisolvón y dos lexatines?

¿O en la iglesia? Y eso que, pensándolo bien, una iglesia es lo más parecido a un bar. Hay un señor detrás de una barra, vino, música, gente...Y a veces hay hostias. Y los domingos, a la hora del aperitivo, los dos sitios se ponen hasta el culo.

Eso sí, en los bares hay más buen rollito que en la Iglesia. Porque mientras que en la Iglesia pasa un tío con una cestilla para que sueltes algo, en el bar discutes por pagar. ¿Dónde más pasa eso? ¿En la comunidad de vecinos?

¿Se imaginan que discutiéramos por invitar en la comunidad de vecinos?

Por ejemplo:

-¡Chssst! La parabólica la pago yo.

-Pero si tú ya pagaste el nuevo Portal

-¡Qué más da! ¡Si no vamos a salir de pobres!

Y otra cosa: tu casa, ¿cómo se llama? Pues "tu casa", o como mucho"4º-C".¡Y anda que no hay "cuartos ces"! En cambio, los bares tienen nombres fascinantes: El Barbi-túrico, el Bár-bara-Rey, la Tasca-breao. Yo debo pelas en todos, pero en donde más debo en el Bar-Clays Bank.

Eso sí, en un bar, lo más importante es el camarero.

Los camareros se pueden dividir básicamente en dos tipos: el camarero ágil..y el ágil-ipollao.

El ágil, según entras por la puerta, te limpia la mesa, te acerca el servilletero, te pone una caña y te dice: Van dos cero, pierde el Madrid, ha bajado el índice Dow Jones y el político menos valorado es Mayor Oreja.

¿Te pongo una de oreja?

El ágil-ipollao se reconoce porque parece que está saliendo de la anestesia: ni te oye, ni te ve. Tú le estás haciendo señas, como si estuvieras aparcando un avión, pero el tío pasa por tu lado sin mirarte, como un médico de la Seguridad Social. Y cuando por fin te hace caso...

-A ver, ¿qué va a ser?

-¿Que qué va a ser? ¡Dentro de nada de noche, huevazos!

Pero donde el bar alcanza la gloria es cuando hay partido.

El bar es el templo del fútbol.

Antes había unos carteles en los que se leía: "Hay caracoles",

"Tenemos nécoras deliciosas". Ahora no. Ahora ponen: "Hoy, Athletic-Sevilla FC".

Y en todo el día no se habla de otra cosa. Nada más entrar, pides una caña y el camarero te dice: "CR9 tiene osteopatía de pubis".Y ésa es la gran diferencia entre el bar y tu casa: nunca se discute por el mando. En el bar no hay zapping. Si hay partido, se ve el partido; si hay patinaje artístico, se ve el partido; si hay"Informe Semanal", se ve el partido; y si hay peli porno en el Plus... ¡Se graba el partido!

viernes, 26 de marzo de 2010

VAMONOS DE MARCHA

Hay una pregunta que todos nuestros padres se han hecho alguna vez:
"¿Qué hacen nuestros hijos cuando salen de marcha?".
Y no me extraña, porque cuando nosotros salimos por la puerta nos dicen:
--¿A dónde vas, hijo?
Y nosotros:
--Pues... Por ahí.
--¿Y con quién?
--Pues... con una gente.
--¿Y qué vais a hacer?
--Pues... dar una vuelta
¿Y sabéis por qué somos tan inconcretos? Pues por una gran verdad que todos sabemos, pero ninguno se atreve a reconocer. Y como yo esto de la juventud lo estoy dejando, me da igual y lo digo: el 99,95% de las veces que sales de marcha es un coñazo. ¿Pero por qué seguimos saliendo?
Pues porque siempre pensamos: "¿Si no salgo... y luego pasa algo emocionante...? Y, sobre todo, ¿y si ligo?". Sí, porque no falla: basta que un día no salgas, para que te digan tus amigos:

--¡Tío! ¡Ayer fue la leche...! Acabamos con unas finlandesas bailando en un tren de lavado.

Y tú pensando: "Joder, y yo como un imbécil en casa viendo La Noria o cotilleando Tuentis...". Así que, claro, el sábado siguiente, aunque pienses que va a ser un rollo, sales. Y esto es lo que realmente ocurre en casi todas las noches de marcha: diez de la noche. Quedas con toda la peña para cenar. Y siempre se innovan 20 restaurantes para ir, ¿Y al final donde vamos? Al Paco Feria a tomar las mismas tapas que siempre...
Acaba la cena. Y siempre me surge la misma pregunta: ¿por qué no se decide el sitio adonde ir a tomar la copa durante la cena? Pues no, hay que decidirlo en la calle, muerto de frío: --¿Y si vamos a Antique?--Uy, no, Antique no, que estará hasta arriba.--Bueno, ¿y si vamos a Boss?--Noo, Boss no, que la música es muy mala... ¿Y al final cómo se resuelve esto? Pues como siempre, con indefinición.
De repente alguien tiene una idea brillante:
--Oye, vamos al centro y allí vemos...
Y esta frase es mágica: convence a todo el mundo.
Una de la mañana. Llegas al centro y hay que encontrar aparcamiento.
Y vale cualquier sitio con tal de que quepa el coche: en un vado, encima de la acera, dentro de un contenedor... Y por primera vez en toda la noche, sientes que estás de marcha. Sí, porque tienes que andar cuatro kilómetros desde donde aparcas hasta la discoteca o antro.
Las dos menos cuarto. Por fin llegas, y ya, tranquilamente, puedes... ponerte a hacer cola. Las colas de las discotecas son las únicas que haces sin saber si al final te van a dejar entrar.
¿Se imaginan hacer cola en la frutería y que al final no te vendieran los kiwis? "No, a usted no le vendo kiwis, que lleva calcetines blancos, ¡el siguiente!". Pero si tienes suerte, a las dos y cuarto consigues entrar.

Y pasas de la marcha al rafting. Sí, porque en las discotecas, la gente se organiza en riachuelos. Y tú te colocas en uno, pensando que va a la barra y de pronto te ves en la puerta del baño: ¡mierda! Y ves que todos tus amigos han cogido el que va a la barra. Así que intentas avanzar contra corriente, pero no puedes... y les gritas:--¡Voy al baño pero no os movááááis de ahíííí! Pero no cuentas con que las discotecas tienen una capacidad de movimiento propiia, como las mareas. Y cuando por fin llegas a la barra, tus amigos han sido trasladados a veinte metros. Y en ese momento empiezas a acordarte de lo bien que se está en tu camita... pero vuelves a caer en la trampa: no me voy, que deben de estar a punto de aparecer las finlandesas con una ficha para el tren de lavado.
Así que continúas la expedición, y después de media hora consigues llegar hasta ellos, con la copa en lo alto, como si fuera un trofeo, y te dicen:
--Bébete eso rápido, que nos vamos a otro sitio.
--¡¿A otro sitio?!
--Sí, ¿a dónde te apetece a ti?
--A mí, con lo que me ha costado conseguir la copa, ¡a la Plaza Nueva a celebrarlo!
Pero salta uno:
--Vamos a After Power: cierra a las 10 de la mañana.
Así que después de estar toda la noche por ahí, sudando, bebiendo y fumando, acabas en un sitio lleno de gente sudada, bebida y fumada. Sí, porque no es muy difícil saber qué tipo de gente vamos a un sitio que cierra a las 10 de la mañana: los que no hemos pillado en toda la noche y vamos pensando:
"Me quedan dos horas para pillar, voy a machete. Me vale lo que sea, si pesa más de 30 kilos y se mueve... Ahora, si es aquí donde pillaron mis colegas a las finlandesas, no me extraña que las llevaran al tren de lavado".
Al final sales de allí a las 10 de la mañana, sin haberte comido nada. Y de pronto ves en la puerta... un puesto de bocatas de jamón. Que no es ibérico, que no es de bellota. Yo creo que ni siquiera es jamón, pero a esa hora te comerías un guarda jurado.

En fin, que si no sabían lo que es salir de marcha, yo se lo resumo:

Dos horas discutiendo con tus amigos, Una hora criticando al colega que no salió, hora y media aparcando, 45 minutos caminando, hora y veinte haciendo cola, y media hora vomitando.

miércoles, 24 de marzo de 2010

IVA SI IVA NO

Antes que nada me gustaría dar la bienvenida a todos esos lectores que tienen la osadía de perder un precioso tiempo en leer 4 paparruchadas que iré comentando por aquí, pero ya que hay más de uno que me ha animado a crear un blog y quien me conoce sabe que soy de fiebres del momento, pues aquí estoy y a saber hasta donde llegará el cacharro este...

Podemos empezar comentando sobre algún tema de actualidad, como el de la subida del IVA que quiere implantar nuestro gobierno a partir del mes de Julio. Nos argumenta nuestro presidente, que la subida del IVA viene excusada, entre otras, para poder seguir dando paro y aumentar en tiempo las rentas de aquellas personas que se han quedado sin paro (los famosos 420€),

y mi pregunta es,

¿Acaso esas personas desafortunadas, están exentas del IVA?

Evidentemente no, salvo el Rey, todos pagamos honradamente lo que nos digan, entonces los parados pagarán más por comer que antes, pagarán más por tener luz y agua que antes y pagarán más por tener que comprar la leche de sus críos... sin palabras.

¿No hay más impuestos donde tirar que sean más justos y no afecte tanto a los pobres? IRPF , desempleo, Seguridad Social, impuestos de lujo, impuestos especiales (alcohol, tabaco y combustible), porque con el IVA pagan lo mismo un rico que un pobre. No lo veo justo.

Particularmente, a mi no me importaría que ese 2% que quieren subir al IVA, lo descuenten de mi nómina para ayudar a los más necesitados en este momento complicado que padecemos.

En otro orden de cosas, superamos el 20% de paro aquí en España, es milagroso que no haya aún levantamientos medievales todavía... Hay demasiado dinero negro y habría que actuar de forma impune con aquellas personas que trabajan sin declarar y a su vez cobran paro o desempleo, eso es robar el dinero de otros.

Que país...